Las palabras de Francisco

Hace tiempo pensé en acometer un pequeño estudio y redactar una entrada para poner negro sobre blanco «lo que de verdad dice Francisco». Supongo que algún día me animaré a hacerlo, porque cuando llega noticia (por la prensa, twitter, declaraciones de periodistas o personas más o menos «autorizadas») de algo que ha dicho Francisco, lo primero que hay que hacer es dudar; no del Papa, claro, sino de que la transmisión de la noticia haya sido fidedigna (pero fidedigna… «de fondo»). Por eso, recomiendo vivamente acudir siempre a la fuente original: leer lo que de verdad ha dicho el Papa. Y si se puede escuchar, todavía mejor. A Francisco se le entiende todavía mejor cuando se le ve y se le oye.

A Francisco se le descontextualiza con frecuencia, tanto en los medios de comunicación como en los comentarios que se hacen tête à tête sobre sus palabras. Para contextualizar bien hay que tener en cuenta varias premisas: las palabras no se pueden interpretar «sueltas», sino que hay que leerlas en el conjunto de un discurso; lo dicho por una persona hay que entenderlo siempre encuadrándolo en la globalidad de su pensamiento; las expresiones utilizadas por una persona no se pueden interpretar correctamente sin tener en cuenta la cultura de la que procede.

Actuar así también ayuda a superar la anécdota e ir al fondo de la cuestión. A mí puede no gustarme una expresión concreta o un ejemplo utilizado por el Santo Padre; esto es normal, y no tiene ninguna trascendencia si contextualizo bien su mensaje, porque entenderé el fondo de lo que dice.

Por ejemplo, a mí no me gustó la expresión que utilizó el Papa en la rueda de prensa a la vuelta de la reciente visita pastoral a Filipinas (la pongo en italiano porque en vatican.va todavía no está traducida al Castellano) «Alcuni credono che –scusatemi la parola– per essere buoni cattolici dobbiamo essere come conigli»; es decir, ser como conejos. No me gustó porque en la cultura de la que provengo es una expresión utilizada habitualmente de modo despectivo. Pero conociendo al Papa, y leyendo la rueda de prensa (cosa que he hecho y que ¡¡recomiendo vivamente!!), me ha parecido que el uso de esa expresión es muy coherente y se entiende muy bien. Al final de la entrada dejo el link a un extracto de la entrevista con las cosas que dijo sobre la familia, en una traducción fidedigna.

Tampoco me gustó el ejemplo que utilizó el Papa hablando del atentado a Charlie Hebdo (el del puñetazo al que menta a la madre de otro), pero cuando se conoce mínimamente el conjunto del pensamiento de Francisco resulta inmediato, evidente, que no usa ese ejemplo para justificar una reacción violenta, sino para hacer un simple análisis «fáctico» y para mover a la prudencia: está exponiendo lo que puede suceder, sin valorarlo. Si no se tiene en cuenta el contexto del pensamiento del Papa, no se entiende el ejemplo que pone.

Por otra parte, el valor de lo que dice una persona hay que medirlo en función de la autoridad con la que esa persona está revestida. En el caso que nos ocupa, la persona que comunica es el Vicario de Cristo en la tierra. Y aunque no está hablando ex cathedra ni está pretendiendo hacer magisterio, ¡¡el que habla es el Papa, caray, con toda la carga de autoridad que eso supone!!.

Fijémonos en cuál es la misión del Papa para pensar qué actitudes requiere por parte del pueblo fiel. Sin sesudas exposiciones eclesiológicas; utilizo simplemente unas ideas de BXVI (discurso, 19 de febrero de 2012): el Papa lleva a cabo un «ministerio de comunión», tiene la misión de «pastorear el rebaño de Cristo, manteniéndolo unido en la fe y en la caridad», y cita también a San Ignacio de Antioquía: «Ya a inicios del siglo II, san Ignacio de Antioquía atribuía a la Iglesia que estaba en Roma un singular primado, saludándola, en su carta a los Romanos, como la que «preside en la caridad»». Si esas son algunas notas de la misión del Papa, me parece evidente que a los católicos se nos pide una fuerte unión de corazones con el Santo Padre y una actitud de permanente aprendizaje de sus enseñanzas.

Nada más lejos de esta actitud que la de algunos católicos que, llevados de un cierto fundamentalismo de naturaleza especialmente triste, están permanentemente «escrutando» las palabras de Francisco a la búsqueda de supuestos deslices, magnificados luego por su miopía y alarmismo, por su falta de sentido sobrenatural, en definitiva por su falta de fe. Ahondan así en su progresiva desvinculación con la Sede de Pedro, y contribuyen tristemente a desviar la atención de los temas que de verdad importan a la Iglesia y al mundo.

De la misma forma, también queda lejos de esa actitud la de algunos «progres» supuestamente católicos que pretenden «utilizar» las palabras de Francisco para justificar sus propias desviaciones doctrinales.

De ambas actitudes podríamos poner ejemplos, pero alargarían esta entrada que ya es demasiado larga…

El link prometido: http://www.adiciones.es/2015/01/20/el-texto-literal-que-pronuncio-el-papa-sobre-el-matrimonio/.

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Acerca de Juan

Con los ojos abiertos, ¡y con poco tiempo!
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18 respuestas a Las palabras de Francisco

  1. Patri. dijo:

    «La respuesta a cualquiera que hable del «exceso de población» es preguntarle si él mismo es parte de ese exceso de población, o si no lo es, cómo sabe que no lo es.»
    G.K. Chesterton

    • Juan dijo:

      Buena cita, Patri!!.
      Pero, ¿por qué lo dices?; el Papa en ningún momento alude a un «exceso de población», y sus respuestas van más bien en sentido contrario a eso…

  2. Joaquín dijo:

    Excelente entrada y me permito (así de osado soy) una pequeña aportación personal. El tradicionalismo es un proceso dinámico, vivo, que conserva la «esencia» mejorándola y adaptándola de generación en generación (como hace el Papa y la Iglesia a lo largo del tiempo). Creo que a lo que tu te refieres es más bien al integrismo inmovilista (opuesto al tradicionalismo). Gracias por tus reflexiones tan acertadas animando a acudir a las fuentes primarias (y encima nos lo das mascado con el enlace). Enhorabuena

  3. Emilio. dijo:

    Juan, el fondo teológico del comentario es acertado, pero creo que el Papa no ha elegido bien las palabras y el mensaje no lo entiendo. Por si alguno de tus lectores no lo sabe, somos padres de 6 hijos y nos gustaría saber donde le mandamos a Francisco los 3 que según él nos sobran para el equilibrio ecológico.

    • Juan dijo:

      Querido Emilio, es que el Papa no dijo nada de que los hijos sobren… estaba parafraseando al periodista que le hizo la pregunta. Es más, si lees con detenimiento sus palabras, verás que habla de la apertura a la vida como condición de validez del matrimonio, que se refiere a los hijos como tesoros, etc. Es decir, lo de siempre.
      Sigo con cosas más abajo, en el comentario de fdeunha y tuyos.
      Abrazo!

  4. fdeunha dijo:

    Pues yo quería dejar, desde el máximo respeto, una nota crítica. Por ser conciso y ordenado, lo estructuro por puntos:

    1) Comentas que hay que acudir a las fuentes, y es verdad, pero también el mismo Francisco debería ya, a estas alturas, ser consciente de que las frases no suficientemente claras son presentadas por la prensa de manera tendenciosa. Por eso debería tener más cuidado: la inmensa mayoría de católicos no entra en Vatican.va a ver qué ha dicho exactamente el Santo Padre, y se desayunan con los titulares tendenciosos de El País, por ejemplo, que les dejan desorientados.

    2) La expresión de “ser como conejos” no sólo es desafortunada: es claramente vulgar, es totalmente impropia de un papa (¿imaginas a JPII, a Pío X, al mismo Juan XXIII utilizándola?), y lo que es peor: se usa habitualmente por los “católicos de cafetería” y por los no creyentes para denigrar a las madres de familia numerosa, y esto lo sabe cualquier mujer con más de tres hijos. El papa, con esta frase, no hace sino dar “munición” a esta gente, y aunque el fondo de sus palabras sea ortodoxo, eso no justifica todo. Por insistir: es una expresión penosa, y creo que Su Santidad debería pedir disculpas.

    3) Precisamente porque quien habla es el papa, debería tener más cuidado. Mucho cuidado. Porque sabe la repercusión que van a tener sus palabras a nivel global. Y precisamente es lo que no está haciendo (véase las entrevistas de Scalfari, el ¿Quién soy yo para juzgar?, etc.).

    4) La principal misión del papa es “confirmar en la Fe” a sus hermanos. Y, como poco, está resultando algo confuso. Que sí, que nunca ha dicho nada heterodoxo, pero no puede ser que cada vez que hable sus palabras sean interpretables para un lado y para otro: eso es falta de claridad. Y, ciertamente, los católicos debemos estar unidos al papa, rezando por él y escuchándole. PERO: los católicos no somos papistas, que a veces se olvida. A un católico no le tiene porqué gustar el papa, ni el papa está libre de crítica (razonada y con respeto).

    5) Ciertamente hay actitudes de tradis bastante tristes. Pero lo siento, creo que el “desviar la atención de los temas que de verdad importan a la Iglesia y al mundo” está claramente errado. Cuando los tradis se quejan por los abusos litúrgicos, por ejemplo, no son unos carcas desfasados, son el recordatorio de algo que la Iglesia Latina parece haber olvidado: que en la Eucaristía está el Señor, el Rey de Reyes, a quien se va a adorar; que la Santa Misa no es una reunión social de amigos ni una especie de kumbayá-hermanamiento. Y sí, este tema no “preocupa a la Iglesia”. Y yo añado: “Así nos va”.

    Espero haber sido ordenado, son muchas ideas. Perdón por la extensión, y saludos!

  5. Juanmi dijo:

    Enhorabuena por los dos últimos posts, Juan. Quería destacar 4 aspectos:
    1. ¡Cuánto gente se ha abierto de nuevo a la Iglesia gracias al estilo de Francisco, aunque sea arriesgado!
    2. El Espíritu Santo no se equivoca, y sabe a quién ha elegido. A veces conviene recordar los deslices de San Pedro, poner más fe y ser menos ingenuos: Francisco no es perfecto, aunque sea santo.
    3. Estar unido al Papa, también «afectivamente», no importa quién sea, supone estar dispuesto a pasar por alto aspectos secundarios que no agraden.
    4. Estupenda la referencia a las declaraciones completas del Papa que aclaran todo. Pero mejor aún, las cartas conmovedoras de las madres de familias numerosas al final de esas declaraciones: ¡cuánta gente abnegada y fiel, con afán por serlo y de ver lo positivo!
    Muchas gracias.

  6. Brave dijo:

    Nunca he escrito en este blog en el que no veo ninguna falda. Me he metido por pura curiosidad, porque me han comentado que se había montado un interesante debate por las palabras del Papa sobre…las conejas. Soy madre de familia numerosa, así, por empezar por algo, vamos lo que en el mundo en el que nos movemos se llama una coneja. Me acuerdo el día que un hijo mío me trajo del colegio como regalo de la madre un dibujo recortado y pintado de una coneja. Me quedé impactada al principio pero luego me entró la risa, bueno más bien me reí a carcajadas y deje a la superconeja en el cristal del coche durante una temporada, sobre todo porque las patas de conejo dan suerte y llevarlo ahí tal vez me libraría de algún accidente de tráfico, a los que soy altamente propensa. Luego se rompió y acabó en la basura.
    A mí personalmente las palabras del Papa Francisco no me han ofendido en absoluto, es más , me han encantado: con un lenguaje completamente a pie de calle y comprensible por todos. Y acertadas porque no hace falta tener una familia numerosa para ser un buen católico, o como se diría en nuestro mundo real, no hace falta ser una coneja para ser una buena católica.
    Quiero dejar aquí sólo una reflexión o un pensamiento que puede estar más o menos extendido entre los católicos comprometidos: » a más hijos, más generosidad».
    ¿A quién no se le ha pasado por la cabeza alguna vez esto, o pensado mira esos mira, muy buenos , muy buenos pero sólo dos hijos? ¡qué fácil es meterse en cama ajena! ¿No tenemos suficiente con la nuestra?
    En mi opinión la intención del Papa no era menospreciarnos a nosotras , a las conejas, sino reflejar que no es necesario ser una coneja -que a veces es el mensaje que se nos trasmite- sino que existen motivos muy diversos: económicos, psicológicas, de salud….para que un matrimonio decida limitar el número de hijos según su raciocinio y su conciencia y no por eso dejan de ser buenos católicos ….tal hasta sea al revés porque muchas veces es más difícil «agarrase los machos» -como tal vez diría Francisco que dejarse llevar por «el calentón» y tener más hijos de los que un matrimonio es capaz de sobrellevar.

    • Juan dijo:

      Gracias, Brave, por el comentario. Al hilo «del mismo», se me ocurre recomendar los testimonios que han dejado muchas personas (algunas madres de familia numerosa) en el artículo que enlaza el link que está al final de la entrada.

    • Juan dijo:

      Y una apreciación que, si me permites, da contexto a lo que dices sobre la paternidad responsable (con lo que estoy muy de acuerdo): todo es una cuestión de estar en la lucha por vivir las virtudes.
      Se puede fallar por exceso y por defecto, como es sabido. Todas las virtudes han de estar gobernadas por la prudencia (en el sentido de «auriga virtutum», no en el sentido meramente coloquial), que añade a este discurso un matiz de finalidad («cómo conseguir lo que realmente queremos según la recta razón iluminada por la fe»), y por encima de todo, por supuesto, la caridad.
      Esto, claro, es pura teoría. Para acertar en cada caso concreto se requiere un tono interior de lucha, y viene muy bien pedir consejo en un ámbito de dirección espiritual. Y a partir de ahí, la decisión es de los cónyuges; no de la sociedad, ni del director espiritual, ni del sursum corda: de los cónyuges. Suya es la decisión (que puede ser acertada o puede no serlo), y suya la responsabilidad.
      Mil gracias de nuevo, y un saludo!

  7. carmen dijo:

    Hola Brave, estoy de acuerdo con que el Papa no critica ni se burla de los matrimonios que tienen muchos hijos, es algo obvio. Supongo que el comentario vendría al hilo de la conversación _que aún no he leído_ con los periodistas y que lo que quería decir es que un matrimonio que decide limitar el número de hijos no es menos católico. En la conciencia de cada cual queda la legitimación de las razones por las cuales un matrimonio católico toma esa decisión. Es evidente que la vida se compone de MUCHOS Y DIVERSOS FACTORES y cada matrimonio debe actuar con responsabilidad ante la pocreación.
    También estoy de acuerdo con Juanmi, cuando hace referencia al efecto «centrifugador» del Papa que de forma más coloquial a lo que estamos acostumbrados incide en aspectos fundamentales, como la acogida de Dios a todos o la urgencia de la justicia social, especialmente por parte de los creyentes.
    Fdeunha, estoy de acuerdo contigo en el sentido de que el Papa debe tener presente la posible descontextualización de sus intervenciones y de que hay expresiones que dan lugar a titulares impactantes que regocijan a algunos y entristecen a otros, como es mi caso. Estoy segura de que a partir de ahora el Papa lo va a tener mucho más presente porque no todo el mundo es capaz de filtrar los mensajes aparentemente confusos.
    Muchas gracias.

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